Soy lo que soy, en la
medida en que lo soy
gracias a ti que me
enseñaste, cuando necesité esos conocimientos,
gracias a ti que me
apoyaste, cuando creí que no podría continuar,
y gracias a ti que me pusiste trabas que pude
superar.
Existen
distintas versiones de una historia que se repite en la mayoría de las
culturas, en unos lugares la llaman la parábola de los siete hermanos, fábula
de los tres hermanos, el haz de juncos,… en todas ellas se repite el legado de
un padre moribundo hacia sus hijos en un mensaje de colaboración mutua cuando
todos rompieron un junco pero ninguno consiguió romper el haz de juncos.
Trasladando a
otros ámbitos ese espíritu debemos ser conscientes de que es la esencia misma
de la palabra asociación “conjunto de personas que se unen para lograr un fin
común, lícito y determinado”. Sumar, contribuir, ayudar, participar,… son
conductas que nos llevan a superar la individualidad en aras a un objetivo
superior.
“Colaborar” ya
se estructura sobre el prefijo “co-“ (que nos remite a la acción conjunta) y
“laborar” (que significa trabajar), así el significado de la palabra colaborar
deriva necesariamente en “trabajar en unión de otras personas”.
La sociedad
actual con un sentido de competitividad extrema desvirtúa su propia esencia de complemento que unos
individuos suponen a otros y consiguen mantener una idea de progreso.
La idea de “dar
antes que recibir y sin esperar nada a cambio” nacida en los conceptos
sociológicos más primarios asociados a las religiones no es sino un reflejo de
una dinámica que se retroalimenta a sí misma desde la retribución más básica
que guía la conducta humana. Así, colaborar después de haber recibido
previamente no se es sino mantener esa dinámica de intercambio, y hacerlo de
modo interesado la agota en el mismo acto.
Si perdemos la
perspectiva y dejamos de que los grupos sólo funcionen por el empuje de unos
pocos, el avance se verá frenado por la sobre carga que esos pocos padecen y
los objetivos del grupo acabaran por perderse entre la niebla difusa del cansancio
de unos y la indiferencia de otros.
Nuestros
proyectos son proyectos de todos, tomemos nuestras manos y caminemos juntos.
Tengamos la seguridad de que conseguiremos vencer los avatares de la ruta.
Francisco
Tortosa
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